- Hay de revolucionarios a hombres SANGUINARIOS
- Uno fue Rodolfo Fierro, apodado el “CARNICERO”
- En una sola tarde ASESINÓ a 300 PRISIONEROS
- Otro fue José Inés García Chávez, ‘El Atila del Bajío’
- Sin problema asesinaba niños, mujeres o ANCIANOS
- Era de Michoacán y comentan que lo levantó la LEVA
Por Ezequiel Parra Altamirano
Tepic, Nayarit; 22 de febrero de 2025
EN LA HISTORIA de los pueblos, de los movimientos sociales, de las huelgas, las guerras o de cualquier conflicto que se enfrente no todos los participantes destacan por su capacidad de liderazgo, las habilidades intrínsecas de su personalidad, su carisma o su crueldad, según fue el caso del “carnicero” de Pancho Villa llamado Rodolfo Fierro.
Sólo para citar un ejemplo verídico que relata Martín Luis Guzmán de Rodolfo Fierro en su libro “Memorias de Pancho Villa”, en una sola tarde Fierro asesinó a 300 prisioneros con el auxilio de nada más un ayudante que le reponía los tiros de las dos armas con la que los ejecutaba uno tras otro, y como decimos, lo hacía sin remordimiento alguno.
EL CASO DEL LLAMADO “ATILA DE MICHOACÁN”
Por eso hoy hablaremos de un oscuro personaje michoacano que participó en la Revolución Mexicana llamado José Inés García Chávez y al igual que Villa fue revolucionario, ciertamente, pero no de su dimensión internacional y carisma, como sí lo fue el Centauro del Norte, por quien se escribieron y cantaron los más hermosos corridos de aquella primera gran Revolución Social del siglo XX.
Este hombre, nacido en Michoacán, al igual que Fierro no aparentaba ningún escrúpulo en torno a la muerte, pues lo mismo asesinaba a hombres, mujeres, niños o ancianos, que incendiaba pueblos enteros sin que le afectara para nada el clamor de los sufridos agonizantes.
A José Inés García Chávez por sus hechos lo conocieron como el “Atila de Michoacán” o el “Atila del Bajío” y vivió del 19 de abril de 1889 al 11 de noviembre de 1918. Fue un militar y bandido mexicano que participó en la Revolución mexicana.
SUS INICIOS
Debido a su baja extracción social sus orígenes son difíciles de localizar. Se sabe que nació en el rancho Godino, en el municipio de Puruandiro Michoacán, el 19 de abril de 1889. Hijo de Anacleto García y de Bartola Chávez. Algunas versiones indican que fue soldado de leva en el Porfiriato y así combatió a Santana Rodríguez Palafox en Veracruz (México). Aunque otras indican que abandonó su lugar de origen para mudarse a Zacapu, a buscar empleo e ingresó al cuerpo de rurales maderistas. Allí conoció a Gertudris Sánchez, Joaquín Amaro y Anastasio Pantoja con quienes estaría ligado.
Se levantaron contra Victoriano Huerta. Durante 1913, Pantoja y Chávez García estuvieron juntos en la toma de Pátzcuaro. Para 1914, se encontraba operando en Michoacán bajo las órdenes de Francisco Cárdenas. A finales de ese año ocurre un hecho trascendental en su carrera.
En diciembre, los carrancistas y villistas toman la Ciudad de México, lo que obliga a los carrancistas de las zonas aledañas a replegarse, por ello el general Francisco Murguía, que estaba en Toluca se debía dirigir a Jalisco y en ese trayecto tendría que pasar por Morelia, ciudad sitiada por sus compañeros Gertudris Sánchez y Anastacio Pantoja. El enfrentamiento entre ambos grupos se pudo evitar, firmándose un pacto en donde Sánchez reconocía a Venustiano Carranza como Primer Jefe. Sin embargo, al momento que Murguía abandonó la ciudad fue emboscado por Amaro y Pantoja. Amaro no fue fusilado pues se pasó al bando constitucionalista y terminó culpando a Pantoja por el incidente. Chávez García y Pantoja fueron aprehendidos, el segundo fue fusilado sin miramientos, pero cuando los carrancistas iban a ultimar a Chávez García, este fue salvado por la intercesión de uno de los amigos del general Alfredo Elizondo, gobernador de Michoacán. Posteriormente se levantó en armas como villista sin serlo (de 1915 a 1918). Operó en la abajeña de Michoacán y en los límites con Jalisco y Guanajuato, y llegó a contar con miles de hombres. Sus procedimientos eran de guerrillero y de bandido, sus mayores éxitos los alcanzó en 1917.
ASCENSO Y MUERTE
El ejército de García Chávez fue temido en las regiones de Michoacán, Jalisco y Guanajuato, por las carnicerías de las que eran autores, además de su total falta de misericordia por mujeres y niños. Entre 1915 y 1918, Inés Chávez, dejó en cenizas los poblados de Apatzingán, Paracho, Cotija y Degollado, dándose a conocer como “El Atila de Michoacán, Jalisco y Guanajuato”, al mando de su ejército, conocido como “Los Leones Pintados”, que a su paso dejaban una ola de violencia y destrucción, incendiando los poblados que se le resistieran y asesinando o torturando a aquellos que no estuvieran de acuerdo con ellos.
Entre algunos de sus compañeros se encuentra a Rafael Narés “El manco”, Jesús Zepeda “El tejón”, Luis Gutiérrez “El chivo encantado” y Jesús Cintora. Este grupo fue uno de los grandes problemas que tenía que enfrentar el constitucionalismo para restablecer el orden en la región de Michoacán. Para 1917, García Chávez dominaba grandes regiones de este estado. Sus ataques se hicieron más fieros, pues también se dedicaba a asaltar haciendas.
PRIMERA DERROTA
A finales de 1918, García Chávez sufre su primera derrota en Peribán, donde pierde a su compañero Rafael Narés. A este suceso se agrega el empuje del entonces coronel Lázaro Cárdenas en contra de los alzados, así como las campañas encabezadas por el general Enrique Estrada con fuerzas provenientes del norte del país y el azote de la gripe española, lo que terminó por diezmar a las fuerzas restantes de García Chávez.
MUERTE, VARIAS VERSIONES
Hay varias versiones en torno a su muerte. Se apunta que murió en 1918 en la batalla de Huandacareo, el 8 de enero de ese año, después de haber asaltado varios poblados de la región. Otra versión es que murió en la Presidencia de Purépero Michoacán, el 11 de noviembre de 1918 a las 5:30 de la tarde. El padre Francisco Esquivel en su libro “Inés Chávez Muerto” relata la historia de la muerte del bandolero, de la cual él fue testigo ocular. En el mismo libro nos da cuenta de las razones por las cuales Inés Chávez nunca causó desmanes en Purépero, algunas de las cuales eran que familiares de su estado mayor tenían familia viviendo en Purépero. Otra historia en el mismo libro cuenta acerca de sus visitas al poblado cada vez con más de sus seguidores. En una ocasión el integrante de la orquesta de Purépero Pedro Ortega, relata de cuando habían regresado de terminar una “tocada” en Panindícuaro se toparon con Inés Chávez quien les pidió unas canciones para él y su tropa. También se apunta a que murió en Uriangato, Guanajuato, donde fue derrotado el 24 de junio de 1918. Quizás fue el principio del fin del bandolero aunado a la influenza española que contrajo.
Por hoy es todo y mañana será otro día.
¡CONSUMATUM EST!