- Nayarit sigue su ruta ascendente con Navarro de líder
- Por acoso sexual pueden condenar hasta por 60 años
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- Rafael Buelna, el más joven de los generales de Mx
- Entre sus logros, haber sido hombre fuerte de Nayarit
- Derrotó en batalla al general Lázaro Cárdenas del Río
Por Ezequiel Parra Altamirano
Tepic, Nayarit; 21 de noviembre de 2023
MUCHAS NOVEDADES nos han traído los días no solamente con las acciones del Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero en beneficio de Nayarit, sino también desde la 33 Legislatura donde han aprobado reformas a la ley nada gratas para quienes no solamente faltan el respeto a las mujeres, sino que por acosarlas -sin llegar al ultraje-, se harán acreedores a una pena corporal de hasta 60 años de prisión.
Pero hoy es lunes 20 de noviembre, aniversario del inicio de la Revolución Mexicana gracias, como ya lo dijimos en nuestra anterior entrega, al espiritismo practicante del llamado ‘Apóstol de la Democracia’, Francisco I. Madero.
Para celebrar tan señalada fecha no solamente disfrutaremos en México y en Nayarit del tradicional Desfile de la Revolución, sino que previamente acudirán las autoridades a colocar ofrendas florales al monumento erigido en memoria del General Esteban Baca Calderón localizado en terrenos de La Loma en Tepic.
HONOR AL GENERAL RAFAEL BUELNA, EL ‘GRANITO DE ORO’
A propósito de generales, en la lucha armada hubo uno que destacó tanto por su bravura como por su precocidad, gracias a lo cual fue vertiginoso su ascenso militar y entre otros méritos tuvo el de haber sido el más alto jefe militar del entonces territorio de Tepic, hoy Estado Libre y Soberano de Nayarit.
Originario de Mocorito, Sinaloa, Rafael Buelna Tenorio era un joven idealista que, entre sus hazañas destaca la vez que, luego de una cruenta batalla en Jalisco, perdonó la vida del General Lázaro Cárdenas, y que, además, ordenó su traslado a la ciudad de Guadalajara para su atención médica.
Es lamentable, pues a diferencia de otros encumbrados jefes militares, el llamado “Granito de Oro” se encuentra hoy olvidado en los anales de la revolución.
VALIENTE Y DECIDIDO
Quienes gustamos de leer las brillantes páginas de la historia nacional, en específico de la Revolución Mexicana, advertimos que está llena de personajes heroicos que perdieron la vida por un país más justo y democrático, y que, a pesar de sus méritos, no son reconocidos.
Uno de estos héroes prácticamente anónimos fue el General Rafael Buelna, quien fue un militar mexicano que participó en la Revolución, siendo el más joven en conseguir el rango de General a la edad de 20 años.
El General Buelna fue uno de los más raros ejemplos de valentía, humanismo, audacia, honradez, espíritu patriótico de servicio, que nunca fue presa del poder que corrompe, ni de la ambición.
Lo llamaban “El Granito de Oro”, debido a su tez blanca y cabello rubio. Nació en el seno de una familia intelectual en el municipio de Mocorito, Sinaloa.
De complexión delgada y baja estatura, era dado a la poesía en verso y en prosa, así como a la crítica social. Fue expulsado del Colegio Civil de Rosales en el año de 1909 por participar en una demostración estudiantil en contra del candidato Porfiriano.
Desde muy pequeño mostró dotes de liderazgo y al estallar la Revolución se unió logrando a sus 20 años de edad, convertirse en una de las figuras juveniles más influyentes. Luchó al lado de Álvaro Obregón, Carranza y de Pancho Villa. Un par de veces estuvo a punto de fusilar a Obregón ya que lo descubrió en actos de corrupción, pero le perdonó la vida.
Se separó de Venustiano Carranza al considerar que no hacía lo suficiente por ayudar a la gente del campo. Durante mucho tiempo cabalgó con Pancho Villa, aunque terminó distanciándose de él porque decía que Villa era muy sanguinario y sólo buscaba el beneficio personal, aunque nunca dejó de ser su amigo hasta el final.
JEFE SUPREMO
Durante mucho tiempo fue jefe Supremo de las regiones de Sinaloa, Nayarit y Tepic, sin embargo, no dejó que el poder se le subiera a la cabeza. No se le conocieron actos vandálicos, ni de rapiña, ni violaciones como era moneda común de otros jefes revolucionarios.
Después de la Revolución, Buelna trabajó como administrador de rastros y abarrotes. Fue enviado también como jefe Militar de una comandancia en los Altos, pero sin absolutamente nadie bajo su mando.
TAMBIÉN PERIODISTA
Comenzó a dedicarse a su pasión de la juventud: el periodismo, así como los negocios comerciales, desairó la política a la que juraba que jamás volvería.
Un acontecimiento muy grande lo traería de nuevo a la batalla: A mediados de 1923 llegó hasta sus oídos la noticia de que Francisco Villa, su amigo, moría asesinado el 20 de julio en Hidalgo del Parral.
Buelna, conocedor de la política nacional, inmediatamente sospechó de Elías Calles y de Obregón, de los cuales sabía que intentarían reducir a sus adversarios políticos y militares.
Ya se habían desecho de Emiliano Zapata en la Hacienda de Chinameca, de Venustiano Carranza en Tlaxcaltongo y ahora de Pancho Villa en Hidalgo del Parral.
Entonces, Buelna se puso a las órdenes del General Enrique Estrada, concediéndole el mando de los ejércitos de Sinaloa, Nayarit y Jalisco. Se declaró partidario de Adolfo de la Huerta, y fueron éstas sus últimas acciones en vida que representan un mosaico de gestas brillantes y fugaces:
Tomó en un lapso de dos meses, cuatro estados, ocho comandancias militares y dos puertos; venció en siete batallas. Desde Nayarit se dirigió a Sinaloa con su caballería donde derrotó a Juan Carrasco su antiguo enemigo de la Revolución. En Mazatlán convocó a tropas sinaloenses y marchó hasta Jalisco, tomando los pueblos de La Barca, Ayotlán y Degollado.
VENCE A LÁZARO CÁRDENAS, PERO LE PERDONA LA VIDA
El General Buelna era temido y respetado por todos los revolucionarios debido a su gran arrojo y valentía. Quizá queriendo impresionar a Obregón, el General Lázaro Cárdenas le tendió una emboscada en Tultititlán, Jalisco, pero Buelna le destrozó todas sus fuerzas y lo hizo prisionero.
Cárdenas herido, pensó que sería fusilado conforme a la costumbre de aquellos tiempos, pero en lugar de esto, Buelna le perdonó la vida y lo llevó personalmente a su casa donde se aseguró que fuera curado, dejándolo libre a él y a las fuerzas que había capturado.
Cuando Obregón se enteró de que el General Cárdenas había caído prisionero comentó: “Pero qué ocurrencia de Cárdenas, presentarle batalla al “Granito de Oro”. Su última incursión militar, fue en la marcha de Acámbaro en Morelia, ésta fue hecha con todas las precauciones. Continuará mañana.
Por hoy es todo y mañana será otro día.
¡CONSUMATUM EST!