Por Sergio Mejía Cano
Tepic, Nayarit; 29 de abril de 2024
En una charla informal con un profesor ya pensionado, a la mayoría de quienes lo escuchábamos nos hizo reflexionar en cierto sentido cuando dijo que lo que está sucediendo con los ataques de los adversarios y detractores al presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), era algo, si no igual, sí muy similar a lo que ocurrió con Benito Juárez y también con Francisco I. Madero.
Lo curioso del caso, dijo este profesor, es que se supone que, según la historia nacional, tanto Benito Juárez como Francisco I. Madero hicieron lo que pudieron por el país, y se entiende que el andar de ambos personajes al plasmarse en la historia, claro que, con sus bemoles, la realidad es que hicieron más bien que mal para nuestra Nación. Sin embargo, hoy en día sigue habiendo detractores no nada más de AMLO, sino de nuestra historia nacional en sí y, desde luego, denostadores de Juárez y Madero.
Hay personas de las nuevas generaciones que critican a Benito Juárez, dizque porque perteneciendo a una etnia, durante su gobierno no hizo gran cosa por sus congéneres y demás pueblos originarios en el país. Claro que entre las nuevas generaciones y tal vez de otros sectores de la sociedad que critican a Juárez hoy en día, posiblemente lo hagan azuzados por sus familiares mayores quienes a su vez, a la mejor también recibieron ciertos comentarios adversos sobre Juárez de sus ancestros al haberse sentido ofendidos con las Leyes de Reforma y quitarle el inmenso poder que tenía la jerarquía católica antes de estas leyes.
Si Benito Juárez no hizo gran cosa por las etnias del país, posiblemente haya sido por andar ocupado en otras cosas que no le dejaban margen para actuar a favor de los pueblos originarios, y menos por andar por gran parte del país para proteger la República, la que afortunadamente logró restaurar, si bien ya no en vida, pero según datos históricos, logró consolidar su sucesor, Sebastián Lerdo de Tejada. Así que no es nada raro que hoy en día siga habiendo detractores de Juárez, sobre todo de los descendientes de quienes se sintieron dañados cuando se consolidó la separación Iglesia-Estado. Y obviamente, de aquellos allegados al poder eclesiástico que hacían pingües negocios al lado o tolerados por los jerarcas católicos.
Y tampoco sorprende que ahora esos detractores y adversarios de AMLO actúen en forma parecida a como lo hicieron antaño con Francisco I. Madero quien, a pesar de pertenecer a una rica familia de hacendados, no le perdonaron que, junto con sus seguidores hubiesen derrocado a Porfirio Díaz, al ver en peligro sus propios intereses económicos; y si bien no sucedió prácticamente nada de eso, aun así no dejaron de atacarlo en todos los sentidos, incluso la prensa de aquel entonces que jamás criticó la dictadura de Porfirio Díaz, pero sí vieron o imaginaron muchos males con la llegada de Madero a la Presidencia de la República y tal vez menos, por lo que se dice les dijo a los periodistas el hermano de Madero, Gustavo Adolfo Madero: “muerden la mano de quien les quitó el bozal”.
Así que en cierta forma el profesor tuvo algo de razón al encontrar relativas similitudes entre lo que le ocurrió a Juárez y Madero, ya que si se analiza a fondo lo que está ocurriendo actualmente con AMLO, se ve claramente que lo atacan como a Juárez y a Madero, agregándole a AMLO el mote de comunista, dictador, que está en contra de la libertad de expresión, que se quiere eternizar en el poder, que las obras que ha implementado serán elefantes blancos, que no sirven para nada, que significaron enormes gastos para nada, etcétera; casos concretos el Tren Maya, la refinería Olmeca (Dos Bocas) y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Y a propósito de la libertad de expresión, no es por romanticismo, pero, hasta antes de AMLO, ¿cuándo se había visto que tanto en prensa como en radio y televisión se hubiese atacado de tal modo a un presidente de la República, como se ataca hoy en día a AMLO? Si bien anteriormente los presidentes en turno recibían críticas, pero estas, la mayoría, si no es que todas estas críticas se hacían en la clandestinidad repartiendo tabloides o escritos impresos de mano en mano y, si acaso era detectada la imprenta por las autoridades, esta era saqueada o destruida.
Y en cuanto a eso de dictador, precisamente las nuevas generaciones y no tanto, deberían adentrarse en la historia universal para que se pusieran al tanto de lo que es un dictador; ejemplos hay infinidad a lo largo de la historia de la humanidad.
Sea pues. Vale.