Tepic, Nayarit; 6 de julio de 2023
Obviamente que las especulaciones al respecto no se hicieron esperar en cuanto a cómo fue que apareció esa droga en el lado oeste en donde se encuentra también el despacho oval. Y, aunque se diga que es un área muy transitada, de todos modos, quien pudo haber introducido esa cocaína a la Casa Blanca, no la de Enrique Peña Nieto y su entonces señora esposa, sino la morada del mismísimo presidente de los Estados Unidos, no pudo haber sido un turista o un empleado de mantenimiento o posiblemente un mismo miembro del servicio secreto; no, sino alguien que tiene luz verde para entrar a esa casa sin ser revisado como posiblemente se revisa a toda persona que entra a esa residencia oficial.
Ya se sabe que los gringos son muy desconfiados y más, con las personas que no son güeritas y de ojos de color o aunque tengan ojos color café, pero que sean de piel blancas, así que de acuerdo a como se dice tanto en libros, películas, novelas y documentales de la seguridad dentro y fuera de la Casa Blanca, en donde se dice que hay varios filtros de revisión para la mayoría de las personas que, por algún motivo o razón tienen que ingresar a esa residencia oficial, pues queda claro que quien introdujo ese polvo blanco fue alguien con palancas, intocable o que por alguna razón tiene vara alta para entrar y salir de ese recinto presidencial.
Ahora nada más falta que se diga que posiblemente alguien de la anterior administración del locochón de Donald Trump la dejó ahí nomás para hacer la mosca chillar y hasta el día de hoy se descubrió. Cosa más que imposible porque, de acuerdo con lo desconfiados que son los gringos, más de una vez se tuvo que haber revisado esa casa no nada más en busca de posible droga, como ahora fue el caso, sino de posibles explosivos, armas misteriosas o como se pensó y se dijo en un principio de que tal vez ese polvo blanco podría haber sido algún tóxico o veneno o a la mejor algún tipo de ántrax o equis arma química.
Así que posiblemente esa cocaína tenga poco tiempo de haber sido puesta en ese lugar u olvidada por alguien que puede andar libremente como en su propia casa por todos los rincones de la Casa Blanca.
En dado caso de que las investigaciones al respecto de esa cocaína encontrada en la Casa Blanca y, estas lleven a descubrir que pertenece o la llevó alguien muy allegado al presidente Joe Biden o un miembro de su Gabinete o un político o militar de alto rango, obviamente no lo van a dar a conocer, sino que le echarán a culpa a un empleado de bajo perfil o de intendencia o hasta de algún reparador de las líneas eléctricas y que la introdujo mediante un recipiente metido en el ano o en el estómago, tal y como se ha descubierto a muchas personas en los aeropuertos y que, ya una vez fuera de su cuerpo, la colocó en determinado lugar para hacer uso de ella posteriormente y ya no recordó en dónde la había dejado o que fue dejada ahí a propósito por mandato de algunos republicanos para desestabilizar al gobierno de Biden y así pedir su destitución.
Lo que queda claro que así son de hipócritas muchos de los gringos que detentan algún grado de poder o puesto gubernamental, aplicando aquello de mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio ojo. Cuántos congresistas estadounidenses y gente de poder en los Estados Unidos se pronuncian como los más acérrimos enemigos del aborto, las drogas y la homosexualidad; sin embargo, se ha documentado que muchos de estos personajes con el tiempo y escarbando en su vida, cuentan entre sus familiares mujeres que han abortado, otros a los que se les ha descubierto en un cuarto de hotel drogándose y hasta con relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. No por nada se dice que la basura se esconde en la basura.
Así que queda más claro que el agua que los gobiernos gringos no tienen ni han tenido la calidad moral para acusar a otros países, incluido el nuestro para acusarlos de nada.
Esto de la Casa Blanca seguirá dando mucho de qué hablar, a menos que el mismo gobierno apague la nota.
Sea pues. Vale.