Tepic, Nayarit; 31 de enero de 2024
Los próximos comicios electorales están dando pie para comenzar a sacar trapitos al Sol entre los contendientes, así como entre simpatizantes y militantes de los partidos que apoyan a los ahora ya designados como candidatos tanto a la Presidencia de la República, en donde resalta el elemento femenino, así como para los demás cargos de elección popular.
Lo que más ha estado llamando la atención es que ha salido de nuevo el tema Colosio en donde se ha oído la voz del propio hijo del malogrado candidato a la Presidencia de la República en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta, la Fiscalía General de la República (FGR), el Poder Judicial y hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y, desde luego, varios sectores de la sociedad; tema en donde cada quien ha estado aportando su punto de vista.
Se dice que, en política como en otros tantos asuntos de la humanidad no hay casualidades. Por lo que se intuye que el llamado del hoy presidente municipal del municipio de Monterrey, Nuevo León, Luis Donaldo Colosio Riojas, para que ya no se toque el tema del asesinato de su papá, para que ya no se politice el asunto, así como volver a sacar a flote por parte de la FGR y hacer referirse a este asunto el presidente AMLO, no podría ser casualidad, sino que todo obedece a una estrategia emprendida con un propósito determinado, ya sea para calmar o acelerar ánimos, así como para darle sabor al caldo electoral.
Y esto porque en lo que se dice sobre el asesinato en Lomas Taurinas, en la ciudad de Tijuana, Baja California aquel 23 de marzo de 1994, no hay nada nuevo, pues en lo que se está poniendo más énfasis es en el dicho del segundo disparo, de que hubo un segundo tirador, lo que se señaló desde un principio después de este asesinato del entonces candidato del PRI; y más, porque a lo largo de todos estos casi 30 años que han pasado desde aquella tragedia política se han documentado infinidad de reportajes al respecto, así como escritos a los que en muchos casos se les ha dado en llamar como teorías de la conspiración, etcétera.
Pero de lo que sí se afirmó en su momento fue en que sí hubo un segundo disparo hacia Colosio Murrieta que le pegó en el estómago, tan así se confirmó que hasta el propio Mario Aburto Martínez en una de sus declaraciones y recreación de los hechos dijo cómo después de efectuar el primer disparo dio la vuelta el cuerpo del baleado y que cuando cayó o iba cayendo el cuerpo realizó el segundo disparo. El problema es que ahora se ha estado omitiendo un informe de balística que, si bien no se hizo oficial, sí se corrió el rumor de que ambos tiros, el de la cabeza y del estómago eran de diferente calibre y, como se había dicho que nada más era un asesino solitario y una sola pistola, esto tumbaba todo lo dicho en forma oficial, por lo que se fue apagando todo esto del segundo disparo.
Tal y como AMLO dijo en su conferencia matutina de ayer martes: si es un asesino solitario, fue un homicidio personal; pero si se determina sobre un segundo tirador, entonces el asunto tomaría otro aspecto: un crimen concertado.
Así que de confirmarse que el atentado fatal hacia Luis Donaldo Colosio Murrieta fue un acto concertado, un complot, mucha gente saldría manchada, personajes políticos que aún siguen vivos, aunque otros muchos más ya se fueron de este mundo; pero de los que siguen cascareando en la canica, tal vez por sí o por no, ya han de estar tomando las medidas necesarias y adecuadas para no salir raspados o salir lo menos perjudicados posible.
Lo que extraña es por qué hasta después de casi 30 años de ocurrido aquel suceso, la FGR lo saca a flote a sabiendas de que existe la posibilidad de que de puro ruido mediático no pasará o al menos para resarcir un poco la opacidad con la que ha actuado a lo largo de este sexenio la FGR, un sexenio en donde ahora que se dice que es independiente, su titular, Alejandro Gertz Manero, se la ha pasado nadando de a muertito, así como toda la dependencia que está bajo su mando a la que todo le ha salido mal y de malas, en donde todo se le ha caído. Sin embargo, si es para lavarse de algún modo, lo más probable es que a nada se llegue, he ahí el primer resultado en donde un juez anula la orden de aprehensión hacia quien se dice fue el segundo tirador, Jorge Antonio Sánchez Ortega que. en su momento, se dice, estaba bajo las órdenes de alguien que se omitió siempre: Genaro García Luna, quien fue el que lo rescató sacándolo de Tijuana y trasladarlo a la Ciudad de México.
Sea pues. Vale.