Tepic, Nayarit; 12 de marzo de 2024
El pasado 6 de marzo del año en curso sucedió, por la madrugada, un terrible choque de trenes de frente, en la localidad denominada Cofradía del Rosario, en el municipio de Amacueca, al sur del estado de Jalisco, en donde se informó que hubo siete heridos, todos miembros de las tripulaciones de ambos trenes, quienes sufrieron heridas de consideración debido a la magnitud del accidente.
De inmediato comenzaron a surgir las inevitables especulaciones entre la gran familia ferrocarrilera, tanto en jubilados, liquidados y pensionados, así como entre el personal aún activo y. desde luego, posibles familiares mientras no se supo quiénes eran los heridos, por lo que en cuanto se supo de este lamentable accidente comenzaron las llamadas telefónicas, así como mensajes y preguntas en las redes sociales, para poder saber algo al respecto y si entre los heridos había conocidos o hijos de estos y saber sobre su estado de salud, ya que entre las primeras informaciones se decía que hubo heridos de gravedad.
Con el paso de las horas se comenzó a saber sobre el estado de salud de los tripulantes heridos, aunque con la prudencia del caso, pues los daños materiales fueron muy considerables, no así sobre la responsabilidad de una o ambas tripulaciones, ya que es obvio que esto lo sabían y lo saben los mismos trabajadores involucrados en dicho choque. Y claro que posterior a los peritajes se sabrá de bien a bien cómo ocurrieron los hechos; aunque desde un principio se rumoró sobre el clásico error humano, por lo que de inmediato en las noticias primeras se decía que había sido una autorización mal dada por el controlador al haber autorizado a ocupar la vía principal al mismo tiempo a los dos trenes en contra.
Sin embargo, y como casi siempre sale alguna fuente de quien ya se adentró más en el asunto o algún familiar de un empleado ferroviario que al ir a verificar si no había un pariente o conocido entre los heridos, al encontrarse con otras personas en la misma situación se comenzó a saber un poco más sobre las posibles causas que habían originado este accidente, por lo que se empezó a correr el rumor de más o menos lo que había ocurrido y por lo que se comenzó a confirmar, al parecer el controlador no había sido el responsable de ese probable error humano.
Antes de la concesión a la Iniciativa Privada (IP) de las líneas ferroviarias en el país, los trenes se corrían con el sistema conocido como estándar, en donde fungía el Derecho de Trenes que marcaba la superioridad de unos trenes sobre otros, así como la clase de los trenes y la dirección superior marcada en el horario. Así que con este sistema estándar un despachador de trenes, al que ahora se le denomina como controlador, expedía las órdenes de tren, así como las instrucciones necesarias a las que las tripulaciones de tren estaban obligadas a cumplir cabalmente o en diversas circunstancias dichas órdenes ser sustituidas o anuladas; pero también las tripulaciones estaban obligadas a cumplir los itinerarios de Horario, por lo que en sí, este sistema se basaba en librar tiempos y no trenes, ya que por el simple hecho de invadir el tiempo de un tren superior, ya se consideraba como choque o alcance; si bien en forma ficticia; sin embargo, de todos modos, era penada esta falta.
Y cuando desapareció el sistema estándar, la autorización para el movimiento de trenes quedó únicamente en manos del controlador, quien autoriza a un tren a avanzar por tramos de determinado kilómetro a otro, fijando los puntos de encuentro con otros trenes en contra. Con este sistema se podría decir que las tripulaciones van de la mano del controlador y que era un sistema más seguro que el estándar, por lo que en lo sucesivo se acabarían los accidentes como choques o alcances, no así los descarrilamientos que suceden por diversas causas debido a defectos en la vía o en los ejes de las ruedas, así como alguna obstrucción colocada por manos criminales, como se ha dado en algunas ocasiones que detienen los trenes de alguna manera para ser saqueados.
Sin embargo, ha quedado demostrado que por más seguro que se pensaba sería este Sistema de Control de Tráfico, siguen dándose choques y alcances y, como este, de gran magnitud y daños materiales incalculables al momento. El problema es que en varios de estos accidentes ha habido fallecimiento de trabajadores ferroviarios, ya sea por golpes y hasta quemaduras.
Según algunas fuentes, el golpe de estos trenes fue aproximadamente a una velocidad de 64 KPH.
Sea pues. Vale.